Ensayo sobre Sudáfrica: Análisis del líder Nelson Mandela y su influencia en el proceso revolucionar
La búsqueda de la libertad es un deseo inevitable. Desde hace siglos, conjuntos de individuos se han unido para batallar por esta causa común. Muchos han vencido, así como muchos otros han fracasado en el camino; de todos estos, cada proceso de libertad destaca a unos cuantos por haber surgido con los ideales, o demostrar extraordinario coraje durante el proceso; estos personajes trascienden en la historia, estos son aquellos personajes que estudiamos durante nuestra vida escolar. Nelson Mandela fue un ícono durante el proceso de obtener la igualdad social en África. Un hombre que a lo largo de los años abrió sus ojos ante las problemáticas de su alrededor, y decidió hacer algo al respecto.
Mandela fue el impulso, la guía que permitió a los africanos liberarse del Apartheid, y junto a éste todas sus leyes injustas en cuanto a la discriminación racial, la opresión y el abuso. Todo movimiento necesita un padre o madre que les recuerde sus objetivos verdaderos, que les ayuden a evitar meterse en problemas innecesarios (así como saber lidiar con aquellos necesarios); Mandela guió desde las rejas a quienes creían en él tanto como en una Sudáfrica libre y equitativa.
Pero para entender el significado y relevancia de este personaje histórico, debemos analizar qué ocurría en aquellos tiempos. El racismo prevalecía en Sudáfrica, un país donde la gran parte de su población se encontraba en contra de este tipo de discriminación, mas la minoría que le apoyaba acaparaba todo el poder. En inicios, las políticas del Apartheid no causaron tanto estruendo como cuando comenzaron a exigir ciertos documentos especiales a las personas “negras” para poder simplemente caminar en la calle, por ejemplo. Las personas eran segregadas por su color, y despreciadas totalmente por la minoría racista. Mandela, en aquel entonces especializado en abogacía, no podía evitar sentirse inconforme con el mal trato de cualquier tipo, por lo que descubrir este tipo de desigualdad encendió una llama de deseo en su corazón, el deseo de querer arreglarlo. Sin embargo, este fuego no fue tan amenazante en sus inicios, sino después de haber crecido como persona a través de los años.
Mandela insistía en que las protestas no debían necesariamente ser violentas, pero numerosas veces fueron los protestantes bombardeados por el gobierno, lo cual no les dejaba otra opción. Entrevistadores insinuaban que Mandela pudo haber protestado de manera pacífica, siguiendo los pasos en Estados Unidos de Martin Luther King. Sin embargo, el mismo planteaba que no eran los mismos casos, este caso ameritaba acciones drásticas para contraatacar un gobierno opresivo y agresivo.
Es así como surge el CNA, un movimiento dedicado a atacar contra el régimen. El Congreso Nacional Africano tenía como propósito defender los derechos humanos de todo sudafricano, sin discriminación de ningún tipo de por medio. Fueron los numerosos ataques del CNA contra el gobierno Apartheid lo que implicaron una guerra revolucionaria por la equidad social en el país. Mandela, obviamente, pertenecía a este movimiento, y fue precisamente debido a que era parte de él que fue sentenciado a décadas de cárcel.
Lo que caracteriza a Mandela fue su capacidad de maniobrar la situación mientras se mantenía apartado en una celda. Fueron sus cartas las que confirmaron los veredictos antes de rebeliones por parte del CNA. Si no fuese por la esperanza de Mandela por una Sudáfrica mejor, posiblemente las actitudes racistas se mantendrían vigentes hoy día. Y es que un hombre como Nelson Mandela es el significado de un héroe. De hecho, el abogado líder del CNA fue tentado numerosas veces por parte del gobierno para que fuese liberado de la cárcel, en cambio de prometer que no habrían más ataques por parte del CNA contra el Apartheit. Por más tentadora que fuese esta oportunidad de liberarse de los malos tratos, más tentadora era la oportunidad de liberar al país de un maltrato común; Mandela nunca cedió a la oferta, y se mantuvo pacientemente tras las rejas, obedeciendo a las autoridades con todo respeto, y liderando el movimiento revolucionario; todo esto por encima del deseo personal de volver con su familia a tener una vida normal.
Podría parecer extraño realizar un ensayo de Sudáfrica enfocado en un solo personaje. Sin embargo, así como estudiamos historia para evitar cometer los mismos errores en un futuro, debemos de analizar las características de un buen líder para saber cómo actuar en momentos donde, quizás, nuestro país necesite un líder.